Pedro «Mapitsi» Pérez Martínez, como empresario indígena, que vive constantemente paradojas, oscila entre tener que satisfacer los estereotipos de lo que debería ser en la industria del turismo, y sus aspiraciones de ser un empresario reconocido.
EN PALABRAS DE LA DIRECTORA
“Pedro, Mapitsi” es el resultado de una investigación de corte etnográfico que tuvo lugar entre noviembre de 2015 y Mayo del 2018 en la Selva Central Peruana (La Merced, Chanchamayo).1 El proceso de producción del video documental en su totalidad, fue el dispositivo metodológico de la investigación que presenté como tesis de maestría en Antropología Visual por la Pontificia Universidad Católica del Perú, ubicada en Lima, Perú. Mientras nos encontrábamos produciendo el video documental, simultáneamente realizamos un video promocional, el cual tuvo como objetivo retribuir la participación de Pedro y colaboradores en esta investigación.
Una de las motivaciones principales por la cual realicé la investigación, es que Pedro y colaboradores frecuentemente han sido acusados por académicos, ONG’s, visitantes y curiosos, por no ser lo suficientemente asháninkas, por no ser suficientemente auténticos, como si los no indígenas tuviéramos la “autoridad” de calificar qué sí es y qué no es indígena.
Es por ello que mi objetivo principal fue mostrar la indigeneidad de Pedro, como una indigeneidad compleja y paradójica; como una reelaboración de lo asháninca en un contexto económico y socio cultural complejo, donde la ausencia de la intervención estatal ha promovido ideologías desarrollistas y emprendedoras, en las cuales el “ciudadano auto-regulado” tiene que asumir la tarea de solucionar las condiciones de vida regionales que han sido sistemáticamente precarizadas. (Cánepa y Lamas, 2020).
Cuando hablamos de indigeneidades, el objetivo es pensar a lo indígena como un proceso y singular, contingente y estructurado; en el cual se articulan: i) elementos ideológicos, ii) coyunturas específicas y iii) temas políticos. Así mismo, resulta indispensable considerar que la indigeneidad implica una negociación constante entre, por un lado, las clasificaciones impuestas por los otros y una búsqueda por definirse a sí mismos, en tanto sujetos indígenas. (Álvarez, 2020).
Es por ello por lo que todo gira en torno a Pedro, Mapitsi; quien al reconocerse a sí mismo como un indígena-asháninka-emprendedor-empresario, detona en su comunidad una serie de situaciones y problemáticas, las cuales, me parece, dan cuenta de una serie de paradojas que envuelven la auto adscripción étnica, es decir, el asumirse como asháninca en la región.
La etno-empresa de Pedro y colaboradores consiste en dar a conocer la lengua asháninka a turistas y grupos de escolares de educación básica y media (estos últimos son su principal mercado) ofreciendo un show asháninka, basado en los manuales de educación intercultural bilingüe realizados por el Ministerio de Educación peruano.
En el Perú, las llamadas Comunidades Nativas (CC.NN.) son territorios habitados por poblaciones que se reconocen como pueblos indígenas. Cuando una comunidad exige un reconocimiento como CC. NN. ésta puede auto-regularse bajo sistemas jurídicos propios. Pedro expone las dificultades que resultan cuando un sistema de derechos diferenciados se yuxtapone con el desarrollo de etno-empresas culturales, como lo son las Aldeas ashánincas que ofrecen shows a los turistas.
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